jueves, noviembre 02, 2006

Leves provocaciones

Provocar puede llegar a ser un ejercicio tremendamente divertido. No se confundan, no me refiero a provocaciones zafias, zozobrantes de mal gusto y necedad, no. Hablo de pequeñas provocaciones, cuñitas inocentes dirigidas a los pilares del convencimiento más irreflexivo y gregario. Como pueden suponer, las oportunidades son inmensas, innumerables, incluso yo mismo me las planteo, me obligo a una auto-flagelación que no me parasite y haga que mi cerebro se llene del color azulado de las carreras automovilísticas.

1 comentario:

Joselu dijo...

La provocación estimulante y creativa es todo un arte. Importantes movimientos artísticos han aparecido ante el público como ejercicios de provocación con el objetivo de expresar una nueva visión del mundo o una nueva perspectiva. Otra cosa es cuando la provocación se convierte en un objetivo en sí mismo, sin ninguna sustancia en el fondo. Yo diría que hay dos tipos de provocación: la solvente y corrosiva, y la inane y simplemente espectáculo. Bienvenida la primera.