La perfección del sistema radica en hacernos creer que existe la libertad. Durante generaciones se ha intentado inculcar el pensamiento único a través de matanzas, censuras, persecuciones, prohibiciones... Hoy no es necesario. Tenemos a nuestra disposición toda la información que queremos, absolutamente toda. Sin embargo, se ha conseguido que esa información no sea una amenaza y mucho menos una demanda, ¿cómo? Ahogando nuestra capacidad de necesitarla. Se nos convence muy inteligentemente de que la cultura, el saber, el conocimiento son conceptos vacíos, trasnochados. Lo relevante es lo instantáneo, lo material, lo consumible, y el consumo se plantea como algo rápido. Podíamos plantearnos un consumo cultural, pero requiere tiempo y formación, tiempo que ningún "productor-inductor" está dispuesto a malgastar en pos de un fin llamemos honroso. Si consumes eres válido para el sistema, si no lo haces, cosa complicada, estás fuera de él ya que nadie se escapa.
Hay que admitir que han dado con la situación perfecta. La negación de la curiosidad y del desarrollo intelectual, la postración de la sabiduría, el maltrato a lo inmaterial.
Es realmente frustrante comprobar como dicha situación es tan apoyada por personas abrumadoramente inconscientes de la opresión que padecen. Pagan (pagamos) un tributo mayúsculo. Unos lo vemos, otros no y otros quizá sí pero se hacen los tontos.
1 comentario:
Tienes toda la razón, pero desde el punto de vista instrumental del sistema capitalista es lógico que así sea. Les da miedo que la cultura llegue a todo el mundo, pues esto puede dar lugar a una población más crítica y con más herramientas intelectuales que les posibiliten modificar la realidad presente. Además de que, como dices, el sistema se basa en el consumismo, por eso, incluso en los pocos elementos culturales que interesan de forma mas general, como por ejemplo la música, a parte de degenerar esa cultura hasta convertirlas en productos de consumo contra más aculturales mejor (fin de la canción protesta y apoyo de canciones vacías), a parte de eso quieren limitar su consumo y sacar beneficios de la cultura, y ahora se atreven a hacer anuncios en los que nos dicen que piratear es robar la cultura, pero no, robar cultura es cobrar por ella. Por todo eso creo que no debemos esperar que el sistema empiece a dar importancia a la cultura, si no, potenciarla desde la base en forma de una contracultura con nuevos valores e intereses. Saludos!
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