Hay pocas impotencias como las de sentir el peso de la superestructura. Si, aquella que descubrimos estudiando a Marx en COU (aquel paraíso de cultura, quién lo diría) puede manifestarse con una crueldad para la que conviene estar preparado. Es ese horror sigiloso del que habla Pérez Reverte en su último libro, esa reflexión que pudiera parecer estéticamente pesimista pero que no es más que la plasmación de una realidad totalizadora e intrínsecamente fascistizante. La dialéctica sigue presente, nunca ha dejado de estarlo, hasta en la más insignificante, maravilosa y espeluznante conversación alcohólica. Y la superestructura sigue siendo poderosa, utiliza nuevos mecanismos, nuevos métodos, quizá no tan expeditivos y visibles, pero igual de eficaces. Al leer o estudiar historia siempre se tiende, o yo tiendo, a pensar que aquellos acontecimientos tan crueles, digo aquellos refiriéndome a las maldades de mundos ya pasados, no podían darse en esta nuestra confortable y superguay parte del mundo. Error, craso error. Los movimientos de la superestructura están ahí para recordártelo.
martes, junio 06, 2006
La superestructura marxiana
Hay pocas impotencias como las de sentir el peso de la superestructura. Si, aquella que descubrimos estudiando a Marx en COU (aquel paraíso de cultura, quién lo diría) puede manifestarse con una crueldad para la que conviene estar preparado. Es ese horror sigiloso del que habla Pérez Reverte en su último libro, esa reflexión que pudiera parecer estéticamente pesimista pero que no es más que la plasmación de una realidad totalizadora e intrínsecamente fascistizante. La dialéctica sigue presente, nunca ha dejado de estarlo, hasta en la más insignificante, maravilosa y espeluznante conversación alcohólica. Y la superestructura sigue siendo poderosa, utiliza nuevos mecanismos, nuevos métodos, quizá no tan expeditivos y visibles, pero igual de eficaces. Al leer o estudiar historia siempre se tiende, o yo tiendo, a pensar que aquellos acontecimientos tan crueles, digo aquellos refiriéndome a las maldades de mundos ya pasados, no podían darse en esta nuestra confortable y superguay parte del mundo. Error, craso error. Los movimientos de la superestructura están ahí para recordártelo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
ola que tal
Yo es que los "marcianos"...
Cierto, la supesrestructura acecha.
Saludos!
España misma refleja la presencia de la superestructura del pasado. Tanta dificultad para entendernos entre las diferentes regiones (¿naciones?) o para construir un país con alguna coherencia. Hay malentendidos que nunca parecen ser superados y hagamos lo que hagamos las ofensas sentidas por unos y por otros siguen haciendo daño. La dialéctica contínúa. En este tema como en otros muchos tales como la construcción europea, el colonialismo, el imperialismo, el renacer del fascismo en Europa, la lucha entre Islam y culturas cristianas... Sí, creo que tienes razón.
Publicar un comentario