martes, octubre 17, 2006
Las buenas noticias
Pocas cosas comparables a las buenas noticias, de esas que no se pueden reprimir, de esas en las que los nervios te golpean con la insistencia de un temporal de otoño, aquellas en las que el gorgoteo que forma estalagtitas y estalagmitas en tu cerebro te impiden pensar con tranquilidad, dejar que la materia gris haga su trabajo con normalidad, y son, además tan constantes, tan insistentes, que incluso un engaño que parece ocultar esa misma noticia como algo que otros ya saben, te hace sonreir con el derroche de baba de cualquier recién nacido. Y entonces piensas que ese éxtasis debiera ser perpetuo, y piensas en otras personas, incluso en personas no demasiado cercanas, y reflexionas, los ves en tu misma situación pero que es la suya, que no es la tuya pero que si lo es a la vez. Y recuerdas, y casi puedes ver un futuro que está temblando, que está ahí, pero que desde tu cabeza y desde tu pecho pretendes que sea fuerte, seguro, agradable, sobre todo agradable. Y sonríes.
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3 comentarios:
Me alegra que la buena nueva te haga feliz. Sin saber de que va, te acompaño en tu dicha.
Expresiones
Gracias Piedra, lo celebraremos subiendo a Navachica o al Almendrón.
Saludos
Sonrío yo también. Buenas noches.
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