domingo, febrero 03, 2008
Los 400 insultos
A lo largo del día son muchos los insultos que uno acaba recibiendo de modo más o menos velado. Normalmente los más directos son también los menos dañinos, sin embargo, existe una categoría de insulto a la que estamos todos habituados, un insulto herrante que penetra por una oreja, realiza un periplo fulminante y huye por la otra, que parece no herir pero que va mermando nuestra ya de por sí maltrecha confianza en la ¿superestructura?. El último de estos insultos tiene forma de 400 y fondo económico, una sutil cuña antimileurista engañabobos (¿pero realmente existen o todos disimulamos muy bien?) que pretende inclinar una balanza que ya está oxidada de tan pocos vaivenes. Las artimañas del destino han querido que en clase estemos viendo el caciquismo, el pucherazo, el turnismo pacífico de los partidos dinásticos... en definitiva la compra de votos. ¿Sabrá el destino que necesito de estos señuelos?
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