La espera es un plato de gazpacho manchego, claro que para aquéllos que odien dicho manjar, no tiene consistencia, es de sabor uniforme y las sorpresas son irrelevantes.
El que espera, ¿espera porque ha calculado mal y se ha adelantado o porque los demás se han retrasado? Entonces entramos en el terreno de lo relativo, de las verdades absolutas y del propio concepto de tiempo.
¿Puede un hijodeputa ser relativo? ¿Esperan los hijosdeputa?
Una más de las verdades absolutas me dice que no hay por qué preocuparse, pero otra no me deja dormir. Y yo entre las dos verdades me decanto por la que más me conviene, rompiendo todas las reglas de espera y relativismo posibles.
miércoles, junio 25, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario