domingo, noviembre 22, 2009

Fulgores

Estaba muy presente en cada uno de sus pensamientos. Siempre miraba con temor la perspectiva existente al doblar cada esquina, receloso, impaciente, ilusionado. Su energía se difuminaba en los intervalos que recorren el sueño y la vigilia, era entonces tremendamente prolífico, tanto, que compró una grabadora para dejarla en la mesita de noche. Oía lo grabado de camino al trabajo. Y siempre esperaba ése fulgor.

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