Más que ola, tsunami...
No
vendrá el Señor Lobo. Ya estaba dentro (y despierto), dando la razón a
Hobbes (y a Monterroso). Dinámica del miedo, cuya garra no se disfraza
en harina ninguna: sale a flote el monstruo que nos lleva y, en solo un
zarpazo, abre paso al caos, hasta el fondo mismo del ser. De repente
eres un vehículo nomás, portas veneno: un trágico vector, amago apenas
de un atisbo de amor - vislumbre de Cupido-, Eros en brazos de Tánatos:
una pietà más triste que la muerte misma. Creíste posible remontar tal ola... ¡Ay de ti, Tarás! Al menos llegaste a creer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario